Muchas
veces me pregunté si en verdad se podía amar a distancia, es decir, estando
lejos físicamente de una persona… Más tarde, por experiencia propia, lo supe.
Sí, se puede. Y es posible que sea una experiencia buena o mala. Como cualquier
relación.
Tratando de
entender cómo sería una relación a distancia, en especial por la falta de
intimidad, caricias y contacto que son tan importantes para el ser humano, una
amiga me dijo:
-"Imaginate
que un familiar tuyo (Dios no quiera), de pronto se quedara cuadripléjico o
algún problema cerebral que le dificultara o impidiera el habla…y no pudiera
tocarte, abrazarte, hablarte… ¿No le seguirías queriendo? ¿Cambiarían tus
sentimientos por él? ¿Cambiarían sus sentimientos por los suyos?"
Ese ejemplo
fue una especie de validación para creer en la posibilidad del amor a
distancia…del amor no físico… Pero me despertó otras dudas: ¿Sería suficiente
amar así? ¿Cuánto tiempo duraría ese amor? ¿Cuán difícil o sencillo sería amar
así?
Me vienen a
la mente las historias de amor, en las que el correo se convertía en el Cupido
de la relación. O en las historias actuales donde corazones solitarios se
enamoran por las redes sociales.
Querer o
amar a distancia no es fácil. Requiere paciencia, confianza, valor, fortaleza,
mucho optimismo y otras cualidades. También conlleva sacrificio, momentos de
angustia, soledad, desesperación.
Querer o
amar a distancia no es fácil pero no es imposible. Pasa. Y bastante seguido.
Más de lo que se suele creer.
Una vez
aceptado el hecho de que es factible la distancia y una relación puede
funcionar a pesar de ella, quedan abiertos los otros interrogantes.
Con cada
paso que damos en la vida, aprendemos innumerables lecciones, y nuestras
perspectivas se enriquecen. Al mismo tiempo se empiezan a notar otros matices
en lo que antes creíamos tan claro.
En realidad,
también las circunstancias cambian constantemente, las personas van y vienen de
nuestras vidas.
Compartiendo
experiencias un poco más tarde, me pregunté… ¿Qué pasa cuando se ama pero la
distancia no es física? ¿Qué hacer cuando la distancia son los prejuicios? ¿la
edad? ¿la cultura? ¿la religión? ¿la posición económica? ¿el status social?
¿diferencias de hábitos, personalidad, planes de vida…?
Para
detallar aún más, creo que la distancia no física puede contar con “obstáculos”
que pueden ser, en mayor o menor medida, vencidos:
-Hábitos y
personalidad: las diferencias más “fáciles” de detectar, y las que, a mi
parecer, pueden ser más flexibles.
-Prejuicios:
las ideas preconcebidas, los estereotipos, sumado a la negatividad, al
pesimismo y el desinterés de conocer la realidad de la persona en cuestión.
-Posición
económica: la valoración de las personas en base a su nivel de vida, ingresos
mensuales.
-Status
social: la valoración de las personas en base al poder, la proveniencia y
riqueza de sus familias.
-Cultura:
cuando las tradiciones de un lugar son tan fuertes que impiden un balance en la
relación.
-Edad:
cuando la sociedad dispone las edades “correctas” o “normales” preestablecidas
para amar y ser amado.
-Religión:
las diferencias en reglas morales, prohibiciones, deberes y las penas por
incumplimiento, el fanatismo.
-Planes de
vida: cuando los sueños, objetivos, planes individuales, deseos se interponen
completamente con los de la otra persona.
Hacerse
paso a través de uno, varios o todos estos factores, requiere evidentemente de
un gran esfuerzo.
Ahora me
pregunto: ¿Hasta qué punto somos capaces de amar?
Y
finalmente, para mencionar lo que considero que es casi infranqueable:
¿Qué pasa
cuando no hay distancia física, pero sí emocional?
¿Cómo se
ama a alguien cuando los sentimientos no son recíprocos?
¿Cómo se
ama a alguien aún sabiendo que esa persona no puede/no quiere amar?
Si alguien sabe
la respuesta, espero ansiosamente los comentarios...