viernes, 10 de junio de 2016

El amor a distancia




Muchas veces me pregunté si en verdad se podía amar a distancia, es decir, estando lejos físicamente de una persona… Más tarde, por experiencia propia, lo supe. Sí, se puede. Y es posible que sea una experiencia buena o mala. Como cualquier relación.

Tratando de entender cómo sería una relación a distancia, en especial por la falta de intimidad, caricias y contacto que son tan importantes para el ser humano, una amiga me dijo:

-"Imaginate que un familiar tuyo (Dios no quiera), de pronto se quedara cuadripléjico o algún problema cerebral que le dificultara o impidiera el habla…y no pudiera tocarte, abrazarte, hablarte… ¿No le seguirías queriendo? ¿Cambiarían tus sentimientos por él? ¿Cambiarían sus sentimientos por los suyos?"

Ese ejemplo fue una especie de validación para creer en la posibilidad del amor a distancia…del amor no físico… Pero me despertó otras dudas: ¿Sería suficiente amar así? ¿Cuánto tiempo duraría ese amor? ¿Cuán difícil o sencillo sería amar así?

Me vienen a la mente las historias de amor, en las que el correo se convertía en el Cupido de la relación. O en las historias actuales donde corazones solitarios se enamoran por las redes sociales.

Querer o amar a distancia no es fácil. Requiere paciencia, confianza, valor, fortaleza, mucho optimismo y otras cualidades. También conlleva sacrificio, momentos de angustia, soledad, desesperación.

Querer o amar a distancia no es fácil pero no es imposible. Pasa. Y bastante seguido. Más de lo que se suele creer.

Una vez aceptado el hecho de que es factible la distancia y una relación puede funcionar a pesar de ella, quedan abiertos los otros interrogantes.

Con cada paso que damos en la vida, aprendemos innumerables lecciones, y nuestras perspectivas se enriquecen. Al mismo tiempo se empiezan a notar otros matices en lo que antes creíamos tan claro.

En realidad, también las circunstancias cambian constantemente, las personas van y vienen de nuestras vidas.

Compartiendo experiencias un poco más tarde, me pregunté… ¿Qué pasa cuando se ama pero la distancia no es física? ¿Qué hacer cuando la distancia son los prejuicios? ¿la edad? ¿la cultura? ¿la religión? ¿la posición económica? ¿el status social? ¿diferencias de hábitos, personalidad, planes de vida…? 


Para detallar aún más, creo que la distancia no física puede contar con “obstáculos” que pueden ser, en mayor o menor medida, vencidos:


-Hábitos y personalidad: las diferencias más “fáciles” de detectar, y las que, a mi parecer, pueden ser más flexibles.


-Prejuicios: las ideas preconcebidas, los estereotipos, sumado a la negatividad, al pesimismo y el desinterés de conocer la realidad de la persona en cuestión.


-Posición económica: la valoración de las personas en base a su nivel de vida, ingresos mensuales.


-Status social: la valoración de las personas en base al poder, la proveniencia y riqueza de sus familias.


-Cultura: cuando las tradiciones de un lugar son tan fuertes que impiden un balance en la relación.


-Edad: cuando la sociedad dispone las edades “correctas” o “normales” preestablecidas para amar y ser amado. 


-Religión: las diferencias en reglas morales, prohibiciones, deberes y las penas por incumplimiento, el fanatismo.


-Planes de vida: cuando los sueños, objetivos, planes individuales, deseos se interponen completamente con los de la otra persona.

Hacerse paso a través de uno, varios o todos estos factores, requiere evidentemente de un gran esfuerzo.


Ahora me pregunto: ¿Hasta qué punto somos capaces de amar?

Y finalmente, para mencionar lo que considero que es casi infranqueable:

¿Qué pasa cuando no hay distancia física, pero sí emocional?

¿Cómo se ama a alguien cuando los sentimientos no son recíprocos?

¿Cómo se ama a alguien aún sabiendo que esa persona no puede/no quiere amar?



Si alguien sabe la respuesta, espero ansiosamente los comentarios...

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